Hoy mis lágrimas
ya no son un caudal.
Mi tristeza se fue
para no regresar.
En tu amor encontré
la paz, la ilusión.
Tus besos me llenan
y tu cuerpo es mi salvación.
Adiós a la soledad,
le dije al verte llegar.
Le di la bienvenida a la pasión,
y se quedó en mi hogar.
Necesito de ti, quiero de ti,
todo aquello que me das,
tus miradas, tu calma.
Todo aquello que un día
prometiste que no me iba a faltar.
Núria De La Torre 2011-09-06
Hermoso!!he llegado al último verso, bailando entre estas palabras...
ResponderEliminarHas hecho música...
Precioso poema. Al leer y sentir tus versos es como una doble respiración donde fluyen los embelesos.
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