ENCERRADA
Llévame, le pedí. Llévame lejos solos los dos.
Llévame, coge mi mano y corramos. Llévame,
allí donde los cañones disparan flores y las pistolas gotitas de rocío. Llévame,
allí donde todo es eterno y brotan las alas. Llévame, volaremos, reiremos y
soñaremos sin pensar en el tiempo. Llévame contigo le pedí una y mil veces.
Cerró los ojos y se marchó. Sus manos
quedaron inertes, ya no me tocaron. Su piel, la que tantas veces acaricié, se
tornó de un color pálido. Su voz, la que tantas veces me llamó, se apagó.
En días como hoy en los que la lucidez se
apodera de mi mente, vuelven las lágrimas, las promesas por cumplir y todos los
recuerdos.
Prefiero la locura a esta soledad infiel. Los
gritos desgarradores a este silencio vacío. Las carreras y los saltos
descontrolados a la quietud de mi cuerpo.
No quiero la lucidez que me tortura, prefiero
vivir en mi locura. Esa en la que aún soñamos, en la que me habla y de vez en
cuando me dice te amo.
Llévame contigo tantas veces repetí, pero cerró
sus ojos y marchó.
Y
aquí me encuentro, entre cuatro paredes blancas, vacías de sentimiento. Simplemente vacías, entre la lucidez y la
locura.
Llévame contigo le pedí… cerró sus ojos y yo
me perdí.
Núria
De La Torre 2013-11-29
IBSN
13 - 07 - 1978 - 10
Hermoso y desgarrador, Núria!... Felicitaciones por esta poética tuya!... Muy bueno!...
ResponderEliminar